El animal tenía dos anzuelos incrustados: uno en el costado izquierdo y otro en la cola, que le provocaron heridas visibles en ambos lugares.
El presidente de Anamar y director del Acuario Nacional, Jimmy García Saviñón, exhortó a los ciudadanos, especialmente a los pescadores, a proteger al tiburón ballena y abstenerse de hacerle daño. "Esta especie, a pesar de su gran tamaño, es completamente inofensiva. Representa una oportunidad única para la educación ambiental y el ecoturismo marino", señaló.
Avistamientos y preocupación
El tiburón ballena había sido reportado en videos y fotografías desde hacía al menos cinco días en zonas cercanas a Salina y El Cayo, en la provincia de Barahona, generando sorpresa y entusiasmo entre visitantes y residentes.
Sin embargo, también se documentó un preocupante intento de captura por parte de pescadores locales, hecho que generó preocupación entre las autoridades y alerta a la comunidad científica.
El anzuelo recuperado es del tipo "J", de gran tamaño, con una línea de nailon azul atada al ojal. Es comúnmente utilizado en la pesca artesanal o deportiva para especies grandes como marlin o atún, pero representa un grave riesgo para fauna marina protegida como el tiburón ballena.
Estos animales pueden engancharse accidentalmente mientras se alimentan o nadan cerca de líneas abandonadas.
El tiburón ballena (Rhincodon typus) es el pez más grande del mundo. Puede superar los 12 metros de largo y se alimenta exclusivamente de plancton y pequeños organismos. Habita en aguas cálidas tropicales y está catalogado como en peligro por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Desde 2017, en la República Dominicana está vigente una veda indefinida que prohíbe la pesca, captura y comercialización de tiburones, rayas y peces loro, mediante la Resolución 023/2017 del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Cualquier intento de captura o daño a estas especies puede conllevar sanciones administrativas y penales.
Un esfuerzo conjunto
El biólogo marino Omar Shamir Reynoso, director técnico del Acuario Nacional, explicó: "Es un animal muy dócil que no evitaba el contacto con los seres humanos ni con las embarcaciones. Eso sugiere que pudo estar expuesto previamente a ese tipo de interacción. En nuestro caso, hubo contacto por más de tres horas seguidas, con un intermedio de descanso, y siempre el animal nadando en la misma área, filtrando en la superficie".
Reynoso agregó que durante la intervención se aprovechó para concientizar a pescadores locales sobre la protección que tienen estos animales y su importancia para los ecosistemas.
La intervención fue posible gracias a la coordinación entre instituciones estatales y actores locales. Los colaboradores Huáscar A. Peláez Khoury, Eugenia De los Santos Velasco y Andrés Miolán contribuyeron no solo a localizar al tiburón ballena, sino también a documentar todo el proceso, facilitando su evaluación, atención y seguimiento.
Las autoridades exhortan a la ciudadanía a reportar cualquier avistamiento de fauna marina inusual al Acuario Nacional, Anamar, Ministerio de Medio Ambiente o la Armada, y a evitar interacciones que puedan poner en riesgo tanto a los animales como a las personas.